Junior quebró sus malas estadísticas en Brasil, donde no ganaba desde 1984, derrotando al Sport Recife dos goles por cero, y dando un paso importante que deberá ser certificado en casa, para llegar a las semifinales de la Copa Sudamericana.
El equipo tiburón impuso condiciones ante un desconocido equipo brasilero, no por nombre, sino por su fútbol rocoso y malintencionado, que contó con el beneplácito de un árbitro que lo dejó pegar.
De entrada Comesaña sorprendió con los nombres de los inicialistas, y cuando todos esperaban una sólida línea de tres reforzada por Luis Narváez, el uruguayo apostó por Yony González para ampliar más una cancha que de por sí era enorme, y dejando en el ataque al tridente de Ovelar, Chará y Teofilo.
Desde el primer minuto Junior dió un repaso táctico y técnico a Sport Recife, que de no ser por una mala decisión de Chará, y la mala puntería de Yony Gonzales y de Roberto Ovelar, se hubiese ido abajo en el primer tiempo.
Para la segunda parte el equipo brasilero trató de reaccionar, sin embargo Junior contuvo el chaparrón, y poco a poco fue recobrando el control del partido, aunque solo hasta el minuto 69, cuando Comesaña se decidió a retirar a Roberto Ovelar, nuevamente de mala noche, para dar entrada a Matías Mier, fue que Junior terminaría de desbalancear el juego.
Justo al minuto de ingresado, y en una pared con Teo, Mier llega al fondo de la banda izquierda para enganchar y lanzar una puñalada mortal al equipo brasilero para que Gonzales colocara el 0-1.
A partir del gol, el crecimiento de Junior fue directamente proporcional a la caída del Sport. Junior pudo sentenciar una goleada histórica en Brasil, aunque fue solo hasta el minuto 85, cuando Chará coloca un pase a Murillo, quien ganó la banda y centró, para que nuevamente Gonzales decrete el 0-2.
Así terminaría el partido. El marcador al final fue muy corto por las claras oportunidades de gol que desperdició el equipo Currambero, Teofilo y Chará tuvieron una negra noche de cara al arco, desperdiciando sobre el final tres goles cantados, y aunque en el trabajo de generación y asociación de juego estuvieron bien, no se puede perdonar que jugadores de su calibre fallen lo que se falló hoy, en otras instancias esos errores de definición pueden pasar una alta factura, como ya sucedió en Liga el domingo pasado ante Santa Fe.
Roberto Ovelar sigue sin levantar cabeza, ya es momento que se replantee la titularidad del paraguayo en el equipo, que para colmo de males justo con su salida se logró convertir los goles. Un paso por la banca creemos que es lo justo, ya que es un jugador al que se le han dado demasiadas oportunidades y que se ha privilegiado sobre otros compañeros que no tuvieron tanta suerte como Bernardo Cuesta y Michael Rangel.
Es reconfortante para Junior que los jugadores que vienen desde el banco responden en los momentos en que se les necesita, no es la primera vez qué pasa, a Luis Diaz, Luis Narváez, Jarlan Barrera y Yonatan Murillo se le suman hoy Yony González y Matías Mier, refuerzos interesantes para afrontar el reto de pelear los tres títulos que aún disputa Junior, ya que para encararlos deberá acudir a la dosificación de sus jugadores.
Luego del juego se debe hacer un reconocimiento especial a Julio Comesaña, que pese a las críticas, le toma cada día más la vuelta al equipo, y demuestra el conocimiento de sus jugadores. El reto de Junior 2017 no le ha quedado grande al uruguayo, y lo tiene sacando la cara de gran manera en los tres torneos; Además ha recuperado jugadores que se creían ya perdidos, y tiene al equipo ad portas de repetir la mayor instancia a la que ha accedido disputando torneos internacionales.
Este Junior de hoy se ha presentado ante Sudamérica como un aspirante serio para pelear la Copa Sudamericana. El sueño de alcanzar la octava estrella empieza a transformarse para dar prioridad a levantar el primer torneo internacional, o por qué no, Aspirar a los dos.
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